San Juan, PR – Después de un conmovedor reclamo de la Primera Dama, Luisa «Piti La Que Pita» Gándara a la FBI, la agencia decidió detener la investigación contra el Gobernador Aníbal Acevedo Vilá, quien estaba siendo investigado por serias irregularidades con ciertos donativos hechos a su campaña de Comisionado Residente en el estado de Philadelphia. Este reclamo ocurrió el fin de semana en una entrevista que «Piti» concedió al periódico El Nuevo Día, donde dijo: «Uno tiene la tranquilidad. Yo he vivido 20 años al lado de ese ser y día a día sé del hombre íntegro, decente, que lo único que ha hecho es servirle al País y hacer cosas buenas por él”. Además añadió: «Eso no quiere decir que a uno no le moleste la injusticia y lo inexplicable de esta situación, de que sin ninguna evidencia a base de rumores, llevamos tanto tiempo…»


Luisa Gándara mirando al cielo, esperanzada que sus palabras calaran el frío corazón de los agentes de la FBI que investigaban a ese feo pero decente ser a su lado que ha robado… que diga, ganado, su corazón

«En verdad, sus palabras nos han conmovido», comenzó Luis Fraticelli, director de la FBI en la isla. «Cuando el Arzobispo pidió que concluyéramos la investigación, le dijimos que se pintara pa’l carajo a dar misa que él no pitaba ninguna flauta en esto. Cuando Aníbal nos reclamó que ya nos habíamos tomado demasiado tiempo estos últimos dos años investigándolo, le recordamos que el caso del supertubo tomó casi 10 años en investigarlo en su totalidad. Yo no lo escuché decir nada en ese entonces. ¿Además, de cuándo acá el acusado determina cuánto dura la investigación? Que se fuera pa’l carajo el pedante pendejo ése, que él tampoco pitaba ninguna flauta en esto… Pero ‘Piti … obviamente ella pita algo en esto», dijo aguantando las lágrimas.

«Si todo el mundo pidiera así las cosas», continuó el agente. «Si Filiberto Ojeda Ríos hubiera pedido las cosas con esa elocuencia, con esa apelación a nuestros corazones, probablemente estuviera vivo hoy. Lo hubiéramos dejado tranquilito en la finca. Pero pués, él lo único que abría la boca era para… (aguantando sollozos), pues para decir cosas feas de nosotros… y herir nuestros sentimientos».


Filiberto Ojeda Ríos, en una de sus fotos con esa sonrisa pícara que decía «A que no me cogen, pendejos»: si tan sólo hubiera sabido que para que la FBI lo dejara quieto, lo único que tenía que hacer era pedirlo de buena manera

«Piti, gracias a ti y a tu puro corazón, tus hijos nunca sabrán la clavá’ tan cabrona que le íbamos a dar a su padre. Sólo esperamos que los demás imputados federales no se den cuenta que tenemos el corazón blandito, como la muñequita del arroz Cinta Azul, porque empiezan a llorarnos y a pedirnos ‘porfa’ que los dejemos quietos y entonces sí que se jodería la cosa», finalizó, con los ojos húmedos.

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