«Con esta medida, en vez de estar pendientes a estudiar maestrías o doctorados inútiles, nuestros maestros finalmente podrán concentrarse en [adquirir] destrezas más prácticas y afines al mercado laboral que nuestra administración con tanto esmero ha creado en apenas ocho meses», aseguró el Representante, en referencia a las destrezas motoras que requieren los empleos de más demanda en el país, como ingeniero conserje, técnico de jardinería y auxiliar de pintor de banquitos. «Tenemos un inquebrantable compromiso con el desarrollo profesional de nuestros maestros. Nuestra intención es que se conviertan en artistas del mapo y la escoba. ¡El cielo será el límite para ellos!», explicó Colón, dejando claro que, contrario a la creencia generalizada, el cielo luce como inodoro de escuela pública.
Según Colón, la medida responde al reclamo unánime de condiciones laborales justas para los maestros, en las que se les retribuirá de acuerdo al esfuerzo que realizan: «Todos sabemos que los maestros de aquí no hacen na’, así que ponerlos a limpiar y pintar escuelas está más que justificado», explicó sobre la insignificante tarea de domar a diario a 35 pequeñas bestias comprometidas firmemente con ignorar en su totalidad la lección del día por andar pegándoles chicles en el pelo a las nenas, así como la trivial función de explicarle a majaderos y gritones padres que sus hijos tendrán suerte si pasan de tercer grado. «[Los maestros] son súper vagos y nunca terminan sus tareas a tiempo. Nuestros estudios indican que son los empleados públicos que más trabajo se llevan para sus casas. Si esto no prueba que son unos vagos, no sé qué más podría hacerlo», aseguró sobre las seis horas diarias que los maestros dedican a corregir exámenes y preparar planes de trabajo en la comodidad de su hogar, en lugar de en el salón de clase como dios manda.
Sobre la posible oposición de ignorantes que piensen que ser maestro no es equivalente a ser conserje, el representante aclaró que limpiar lavamanos e inodoros sin usar guantes de goma es una actividad totalmente cónsona con la capacidad de la mayoría de los maestros del país: «Es que son unos morones, mi pana. ¿Cuántas veces escuché a los burros estos decir con un guille cabrón que yo dizque había descubierto Puerto Rico?», explicó Colón, dejando demostrado de una vez y por todas que la gestión de los docentes del país es totalmente inservible. «Todo el mundo sabe que a Puerto Rico lo descubrió el General Miles. Es más, ¡a mí me está que yo ni siquiera había nacido cuando eso pasó!», aseguró Colón, intentando infructuosamente calcular si ya cumplió 111 años.
A pesar de que no descartó presentar medidas similares para convertir en conserjes a empleados de otras instrumentalidades del gobierno, Colón rechazó extender la iniciativa a la Legislatura, alegando que «no existe brigada de conserjes alguna que sea capaz de limpiar el Capitolio». «Lo mejor es invertir ese dinero de una forma más práctica, y comprar máscaras de gas antes de cada sesión legislativa», dijo Colón resignado. «Es que ahora mismo no sabemos a qué se deben los misteriosos mierderos que se forman en ese hemiciclo cada vez que uno de nosotros abre la boca, así que lo más prudente es esperar», concluyó Colón, sin ofrecer detalles sobre la aparente ausencia de espejos en el Capitolio que lo ayuden a identificar el origen del fenómeno fecal que afecta permanentemente al hemiciclo legislativo.
Al cierre de esta edición, esfuerzos para obtener una reacción de representantes del movimiento magisterial resultaron infructuosos debido a que, aunque encontramos su cuerpo, fue imposible localizar su cabeza. Otras organizaciones que aparentemente representan maestros del país expresaron su insatisfacción con la medida porque reduce su periodo de vacaciones, aunque aparentemente no objetan trabajar como limpiabotas o cargamaletas, siempre que puedan mantener intactos sus cuarenta días de vacaciones durante el verano.