Thomas Rivera Schatz, presidente del Senado y una de las lumbreras del mundo del Internet quien propusiera la ley, explicó que «ya está bueno de tanta libertad de expresión, con tanta gente impunemente escribiendo su parecer en blogs o como se llamen (y sí, te estoy mirando a ti, Cargas y Descargas!). ¡Ya mismo se les va a acabar la guachafita!». Al preguntarle que cómo esta ley puede prohibir la libertad de expresión por medio electrónico cuando la misma está protegida constitucionalmente por otros medios de difusión, Schatz respondió airado: «¡Yo SOY la Ley! ¡Lo que yo diga es lo que es! ¡A mí la Constitución me hace los mandados, y cuando se me acaba el Charmin, hasta la uso de papel de toilet!». El Presidente del Senado añadió molesto: «¡Tanto trabajo que pasamos escondiendo esa sección de la ley entre otras que describen penalidades para verdaderos crímenes electrónicos, total, pa’ na’, porque la encontraron de todos modos! ¡Nuestra intención era que esa sección pasara desapercibida hasta que se aprobara la ley, para que cuando la gente empezara a criticarla pudiéramos rapidito comenzar a echar gente de cabeza a la cárcel!».
Otra de las personas detrás de la radicación de este proyecto de ley es la senadora Norma Burgos, famosa experta en el mundo de la tecnología y autora del libro «Internet for Morons / Legislators«. «Los usuarios podrán seguir imprimiendo sus textos ASCII en las pantallas CRT de los sitios web usando sus periferales y teclados, como de costumbre», aseguró Burgos con una sonrisita de satisfacción de haber sabido usar toda esa terminología tecnológica a la perfección. «Esta ley no se prestará para amordazar a nadie, ni para coartarle a nuestros ciudadanos su derecho a la libre expresión en la internet, siempre y cuando no vengan a criticarnos; a usar Photoshop para ponernos en alguna imagen embarazosa; o a ventilar cosas que hayamos verdaderamente dicho o hecho, pero que nos pongan en ridículo», explicó la Senadora, describiendo cómo aparentemente nada podrá escribirse sobre la Legislatura cuando se apruebe la ley.
Igualmente se le preguntó a Burgos cómo procederá la aplicación de la ley en cuanto a su jurisdicción (por ejemplo, qué pasaría si los servidores de una página que viole la ley no están físicamente en Puerto Rico); cómo quedaría definido el concepto de «atentar contra la moral de otra persona»; y cuál es el propósito de esa disposicón de la medida si ya existen leyes de libelo que protegen en contra de la difamación. Burgos respondió diciendo que «ésos son detallitos baladís: ¡obviamente no pueden pretender que hayamos considerado todas esas menudencias antes de someter la ley bajo consideración del pleno! Y si vas a criticar de alguna manera nuestro proceso legislativo y por ende atentar contra la moral de todos los senadores y representantes, te ruego a que esperes hasta que aprobemos la ley para desahogarte, ¿está bien?».
A continuación, un pasaje del tajante editorial que El Ñame publicará sobre este tema una vez haya sido aprobada la medida: