«Si [Carlos Romero Barceló] quiere que le echemos arena por encima por lo del Cerro Maravilla, yo encantado de la vida», aseguró Ramón Albizu de Tio, quien organizó la actividad en la cual «se enterraría de una vez y por todas el asunto del Cerro Maravilla, y a Romero Barceló». Una multitud de personas compareció en el Balneario de Luquillo con palas de todos los tamaños, en la expectativa de que se diera cita el ex Gobernador, «a ver si es verdad que él quiere que enterremos de una buena vez y por todas esta pendejá'».
Algunos de los presentes confirmaron que vieron la escolta de Carlos Romero Barceló entrar a los predios del Balneario, pero luego de ver tanta gente con palas e incluso una excavadora industrial con un cartelón que la proclamaba «La Entierra-Caballos», el ex Gobernador puso pies en polvorosa. «Es una pena que Romero Barceló no haya puesto de su parte para que podamos todos pasar la página de este bochornoso capítulo en la historia de nuestro país», declaró Albizu de Tio. «¡Estábamos todos aquí en la mejor disposición de poner este asunto seis pies bajo tierra hoy mismo!».