«¡Me alegro que algo bueno haya salido del despingue que se formó el viernes pasado!», exclamó Tony «Faruco» Quiñones, vecino del barrio Galateo Alto de Isabela, quien estaba presente en el lugar de los hechos. «¡Al menos ya las cochofles hicieron su agosto en ese día, y no tendremos que volver a topárnoslas más por ahí mientras hacemos nuestras compras navideñas!», exclamó satisfecho, asegurando que «nada dice ‘fleje barata’ como alborotarse comprando gistros de a peso».
Igualmente se expresó José Armando Morales, también cliente frecuente del Walmart atacado por las «hordas corbejas»: «Un salpafuera como el que presencié el viernes pasado no quiero volver a vivirlo jamás: ¿qué, Isabela es ahora toda una parcela? De solo imaginarme a ese reguero de buduscas usando esos gistros que compraron al por mayor, me da náuseas. ¡Esperemos que todos esos panties hayan sido regalos para otras flejes, porque las que estaban ahí peleándose por las baratijas no tienen nada que buscar con paños menores tan poco encubridores!».
Por su parte, Yomaira Pagán, una de las clientas que atacaron las prendas íntimas cual representante novoprogresista ebrio sobre gringuita rubia desinteresada, aseguró no arrepentirse de nada. «¿Sabes lo importante que es ahorrar treinta chavos en cada uno de esos gistros? Con la de panties que dejo perdidos en casa de medio mundo, tengo que buscar cómo estirar el presupuesto, ¿vite? ¡Hay que aprovechar estos especiales de Walmart cuando salen, porque esperando a que Evelyn Vázquez se ponga pálida y baje los precios en su boutique La Casa el Gistro, se me vacía la gaveta de ropa interior!».