«Esta electricidad mexicana que incursionó en territorio americano seguramente no querrá ahora volver a México, y le quitará el trabajo a electrones americanos», vaticinó James Inhofe, senador republicano de Oklahoma, dándole voz al temor de sus correligionarios. «Lo mismo que el gobierno azteca quiere hacer con sus ciudadanos, que es endosárnoslos a to’s pa’ que se los cuidemos y se los alimentemos nosotros, ahora lo han logrado con su energía eléctrica. ¡Es obvio que esos electrones, una vez se encuentren nutriendo el moderno y avanzado tendido eléctrico americano, jamás querrán regresar a su país a sufrir penurias y a limitarse a hacer funcionar televisores que solo dan telenovelas cursis o radios que solo tocan rancheras!».
Rick Perry, el gobernador de Texas, confesó que a pesar de que no duda que los electrones mexicanos rehusarán regresar a su país una vez terminada la merma energética, aun así piensa que es un riesgo que su estado tuvo que tomar. «Figúrate tú que hubiéramos tenido que postergar la ejecución de algún prisionero retardado durante la merma energética», explicó Perry con un escalofrío. «¡Qué vergonzoso hubiera sido eso!».