«A eso de las 11:59 de la noche del lunes recibimos una confidencia sobre la aparición de lo que inicialmente fue descrito como el hediondo cadáver de una carrera profesional de algún loser en una cuneta en Santurce», explicó el teniente coronel Juan Sergio Rubín, director regional de San Juan. Tras la misteriosa confidencia, realizada por una persona que solo se identificó con el pseudónimo de «Bibby«, efectivos de la Uniformada se personaron al lugar e inmediatamente pudieron identificar el cuerpo hallado como el de la carrera de Arroyo. «La reconocieron enseguida porque a pesar de presentar en el lado izquierdo de su juego unas minúsculas y casi imperceptibles destrezas defensivas, su ego se notaba desproporcionadamente inflado, lo que solo ocurre con carreras de deportistas con un talento tan mojonístico como el de Peter John Ramos pero con el colosal fronte de Kobe Bryant», sostuvo Rubín sobre el proceso de identificación inicial. El oficial aseguró que aun si no hubiesen notado estas características hubiese sido posible identificar el cuerpo debido a un notorio tatuaje en su parte trasera que leía «Property of Mario«.
El doctor Ramiro Cancel, director de la Unidad de Trauma del Centro Médico, confirmó que a pesar de que los reportes iniciales establecían el fallecimiento de la carrera de Arroyo, en estos momentos lo que está realmente es «comatosa y más estropeá’ que la jumpa de Chris Bosh después de par de codazos de Joakim Noah«. «En estos momentos la carrera de Arroyo está en coma y nuestro pronóstico es reservado», explicó el doctor Cancel mientras mostraba el expediente médico de la carrera de Arroyo. «Estamos hablando de una carrera a la que antes de este licenciamiento incondicional la han bota’o como bolsa de sitios como Denver, Toronto, Utah, Detroit, Orlando y hasta de Tel-Aviv. ¡Y hasta una tunda le dieron par de guardias de Miami que lo confundieron con un caco de poca monta! ¡Es un milagro que haya sobrevivido con tan poco talento por tanto tiempo!», añadió sorprendido. El galeno no culpó a la policía por creer que la carrera de Arroyo estaba muerta debido a que «definitivamente una carrera que ha sufrido la mitad de lo que le ha pasado a esta no vive para contarlo. Ni debería vivir», afirmó el doctor Cancel mientras miraba eutanásicamente a su maltrecho paciente.
La carrera de Arroyo había sido vista por última vez durante el mes de diciembre repartiendo toallas y vasos de Gatorade en el American Airlines Arena, cancha local de los Miami Heat. A pesar de su repentina desaparición, familiares y amistades tardaron aproximadamente un mes en darse cuenta de su inexplicada ausencia: «Es que a cada rato ella hacía eso mismo», afirmó el agente de Arroyo, Leon Rose. «Un equipo firmaba a Arroyo, su carrera siempre se aparecía como por 10 y 15 juegos corridos, todos los periodistas de Puerto Rico se bajaban los calzones mientras hablaban de ella, y entonces, poof!, se desaparecía tan súbitamente como había aparecido. Pero a las par de semanas volvía a aparecer con renovada energía y dispuesta a robarse su salario con la desfachatez que la caracteriza. Siempre era lo mismo», explicó Rose sobre la mágica trayectoria de Arroyo, quien ostenta el récord de asistencias para un puertorriqueño en partidos de postemporada con cinco asistencias a juego sin jugar ni un minuto.
Debido a este errático comportamiento, ni Rose ni los miembros de su grupo de trabajo se dieron por enterados de su ausencia. No fue sino hasta que un horrorizado Dwyane Wade, escolta estrella de los Heat, reportó su terrible desaparición luego de que no se presentara a darle su acostumbrado recorte mensual. «Wade fue el que se dio cuenta. Primero lo buscó en la esquina del banco donde Arroyo siempre se sienta a leer el periódico y tomar café, y al no verlo lo buscó en la cobacha que le asignaron como locker, sin éxito», recordó Rose sobre el espeluznante descubrimiento. «Entonces entró alarmado a la oficina para preguntarnos quién demonios iba a recortarlo de ahora en adelante. Ahí nos dimos cuenta de que tal vez algo andaba mal», añadió sin explicar si su preocupación era que la carrera de Arroyo hubiese desaparecido o que fuese a aparecer.
Por su parte, Arroyo se mostró aliviado con el esclarecimiento del caso y aseguró que alberga esperanzas de un posible restablecimiento de su carrera: «Ahora que ha terminado esta agonía puedo concentrarme en la búsqueda de algún equipo contendiente lo suficientemente desesperado como para crearse expectativas estratosféricamente irrazonables conmigo», adelantó el hasta esta semana suplente del suplente del suplente del armador iniciador de los Heat. «Yo creo que ya para la semana que viene a la mayoría se le habrá olvidado que yo era el armador de un súper equipo al que solo le faltaba un armador para arrasar con el resto de la liga», sostuvo el estelar jugador de briscas y dominó.
«Además, siempre tendré el apoyo incondicional de analistas deportivos sin perspectiva alguna. Mi futuro como súper dúper mega estrella internacional está asegurado… siempre y cuando el desgracia’íto de [José Juan] Barea no siga metiendo el doble de los puntos que yo metía jugando más o menos la misma cantidad de tiempo que yo. ¿Es que no puede compadecerse de una carrera que agoniza?», preguntó Arroyo con gran tristeza, reconociendo que Barea sin duda le hubiese desplazado como el objeto de la lujuria baloncestística de los más importantes analistas locales si no les hubiese explotado la cabeza tras el despido de Arroyo.
Al cierre de esta edición varios equipos importantes habían manifestado su interés por contratar a Arroyo para redondear posibles plantillas campeoniles, incluyendo a los Spurs de San Antonio, los Celtics de Boston, los Knicks de New York y los Cangrejeros de Santurce. Fuentes cercanas a Arroyo revelaron que el estelar armador ha descartado totalmente regresar a Europa a jugar porque los equipos con los que se ha comunicado han ofrecido pagarle justo lo que valen sus servicios, y sería bien difícil para Arroyo y su familia sobrevivir en ese continente con un salario de $5.15 por hora.