El programa, amenazantemente titulado «¡De Aquí No Se Me Va Más Nadie!», tuvo su génesis cuando la oficina del gobernador comenzó a notar que cada día estaba recibiendo menos cartas de personas quejándose de la situación del país. Antes de que este hecho pudiera ser inmortalizado en otro pasquín publicitario citando los innumerables logros de la administración, rápidamente se hizo evidente que la merma de hate mail se dio por la creciente cantidad de gente que se hartó de esperar que la cosa mejorara y cogió la juyilanga. Aunque inicialmente García Padilla indicó con desdén que «el que se va no hace falta», sus consejeros le recordaron que si sigue yéndose la gente joven, el país solo llegará a la prángana más rápido aún, «porque sin los jóvenes perderemos nuestra clase trabajadora –¡que no es muy trabajadora que digamos, pa’ empezar».
El plan del gobierno tiene varias estrategias para frenar el éxodo de puertorriqueños en búsqueda de campos más verdes (o que al menos no estén marrones), y muchas de estas están centradas en la idea de evitar que la gente pueda llegar al aeropuerto. Por ejemplo, algunas de las tácticas contempladas son: mantener el tránsito alrededor de la Isla tan pesado que nadie sea capaz de llegar a tiempo a su vuelo; asegurar que el peaje del Puente Teodoro Moscoso siga costando un ojo de la cara; y permitir que sigan habiendo tiroteos a wipipío en la Avenida Baldorioty De Castro para que nadie quiera acercarse por esos lares ni a buscar billetes. «Claro que no todas las estrategias se tratan de dificultar el acceso al aeropuerto», explicó García Padilla, antes que le cayeran chinches encima. «¡También nos aseguraremos que la gente sea tan pobre que ni tenga chavos con qué comprar un boleto de avión!».
En conclusión, García Padilla exaltó el nuevo programa como «la mejor herramienta que tiene mi administración para evitar que de aquí a tres años yo solo esté gobernando a tres chivos, par de deambulantes cojos, y los pocos independentistas que verdaderamente rehúsen mudarse de Puerto Rico cuando el gas comience a pelar».