«Está del carajo lo que hicieron esos hijueputas, todo por unas caricaturas que ellos querían que nadie viera«, explicó indignado El Cangrimán, haciendo referencia al vil acto de terrorismo que los extremistas islámicos perpetraron en las oficinas del periódico humorístico «Charlie Hebdo» en Francia. «Sí, ellos se burlaron de la religión musulmana en repetidas ocasiones, pero, ¿y qué? ¿No era más fácil no leer el periódico que los ofendía en vez de entrarle a tiros a medio mundo? Esta gente es como los trolls de Internet, que no pueden tolerar que alguien comente algo que ellos consideran incorrecto sin verse en la obligación de intervenir… bueno, con la diferencia que estos fanáticos islámicos te explotan pa’l carajo, mientras que los trolls simplemente escriben diatribas repletas de errores gramaticales desde el sótano de la casa de sus padres. ¡Menos mal que nuestras barrabasadas no las lee nadie con amor a los explosivos y a las armas de alto alcance!».
«Cuando nos enteramos de esta atrocidad, obviamente nos caló muy hondo, porque decir cosas irreverentes que alguien considera ofensivas es básicamente el pan nuestro de cada día», indicó El Rata. «Al principio consideramos contratar a un imam para que revise todos nuestros escritos y así asegurarnos que no ofenden la memoria del profeta Mahoma –¡bendecido sea su nombre!, pero luego nos percatamos que los tres gatos que nos leen están compuestos mayoritariamente por ateos empedernidos y por uno que otro cristiano con buen sentido del humor… ¡pero ciertamente ningún musulmán con malas pulgas! O al menos eso esperamos, porque aquí no hay chavos para guardaespaldas, chalecos antibala o carros blindados… ¡lo que es una lástima, porque ciertamente eso nos vendría a la mil maravillas para transitar las calles de Puerto Rico!».