A escasamente una semana de la visita del papa Francisco a los Estados Unidos –oportunidad que el Sumo Pontífice aprovechó para dirigirse al congreso federal y darles un achiquichiquimangue por ignorar el problema del cambio climático y por ser tan carnepuercos con los inmigrantes— el Partido Republicano anunció su adherencia a una nueva religión de su propia invención conocida como «Cristianismo Light«. Reince Priebus, portavoz del partido, intimó que «la última copa fue que viniera un argentinito igualado a intentar darnos un guilt-trip por el simple hecho de promulgar las ideas conservadoras que nos definen. O sea, estamos con el papa cuando es cuestión de aborrecer el matrimonio homosexual o de despotricar en contra del aborto, pero cuando se pone con sus pendejaces hippietonas de justicia social, hasta ahí llegamos. Esa dicotomía papal fue la que nos inspiró a fundar una religión que recoja todos los versículos que usamos para justificar nuestros prejuicios, pero sin todas esas partes inconvenientes que nos obligarían a dejar de ser tan odiosos contra los menesterosos. ¡Lo mejor de los dos mundos!», celebró Priebus, quien no es, a pesar de su nombre, un económico modelo de carro híbrido.
«Ya está bueno de ser esclavos de todos esos prerrequisitos de caridad y compasión por los necesitados que impone el cristianismo tradicional», declaró Ted Cruz, senador republicano por el estado de Texas y ventiúnico político nacido en Canadá y de padre cubano que es, sin embargo, más americano que la madre que lo parió. «Yo soy un fiel creyente, que quede claro –pero, al igual que muchos de mis correligionarios republicanos, me gusta escoger cositas de aquí y de allá de lo que dice la Biblia, como si estuviéramos en una cafetería eclesiástica. Es por eso que, para que dejen de sacarnos en cara que es inconcebible que nos llenemos la boca diciendo lo mucho que amamos a Jesús a la misma vez que criticamos a los pobres y defendemos a los ricos, hemos decidido crear nuestra propia fe más ligerita que el cristianismo clásico. Nuestro Jesús no es un judío tizna’íto y barbú’ que ama a todo el mundo, desdeña la riqueza desmedida y profesa la paz en toda situación, sino un rubito All-American de ojos azules y tez ebúrnea que odia a los homosexuales, tira a los pobres a mondongo y que bombardearía a cualquier país del Medio Oriente con un guille cabrón… ¡como Dios manda!».
El libro sagrado del «Cristianismo Light» es una Biblia King James con páginas arrancadas que está repleta de tachones y texto añadido a mano. El reverendo Mike Huckabee, uno de los güelemil republicanos que aspira a la candidatura presidencial de su colectividad, fue el arquitecto principal de las nuevas escrituras conocidas como «La Biblia 2.0». «Francamente no me tomó mucho tiempo editar nuestro libro sagrado», confesó Huckabee, «porque llevo años haciendo ajustes mentales a todo lo que decía la Biblia para justificar las barrabasadas que salían de mi boca. Por ejemplo, todo ese énfasis que ponía Jesús en ayudar a los menesterosos y en hablar pestes de los adinerados se fue con Los Panchos. También le di limpiol a esa charrería de poner la otra mejilla, de no juzgar a nadie y de amar al prójimo como a uno mismo… ¡como si eso fuera posible en un país capitalista cuyo motor es precisamente que todo el mundo vela por sus propias habichuelas y los demás que se los lleve el diablo! A final de cuentas, la Biblia 2.0 terminó siendo como 80% del Viejo Testamento –cuando Yavé estaba en su época emo y se la pasaba aniquilando sodomitas y ahogando impíos a diestra y siniestra–, y 10% del Nuevo Testamento –básicamente eliminando todos los ñeñeñés kumbayá de Chuíto y dejando solo el Apocalipsis, que es la parte que sirve para amedrentar a los creyentes con nuestros cuentos de camino. Y, claro está, encima de todo está todo el texto nuevo que le añadí yo para justificar cada una de las barrabasadas que creemos férreamente nosotros los conservadores allende a toda lógica y al sentido común. Gracias al ‘Cristianismo Light‘ ya finalmente dejaremos de ser políticos hipócritas: ¿qué mejor milagro que ese?».
El «Cristianismo Light» cuenta con nuevos evangelios, tales como el que explica que el aborto es malo porque toda vida es sagrada (pero simultáneamente la pena de muerte es aceptable porque no toda la vida es sagrada, ¿vi’te?); el que aclara que amar al prójimo no implica que no haya espacio para ser odioso y antipático para con algunos sectores de la sociedad; y el que clarifica que son los ricos y no los pobres quienes son bendecidos por Dios, porque si Él los quisiera tanto, no estarían en la prángana, jelou. Aunque todavía no hay un lugar determinado donde los cristianos light rindan culto, se rumora que los primeros servicios se llevarán a cabo en casa de los billonarios hermanos Koch, «o francamente en casa de cualquier blanquito ricachón que le suelte un buen billete a las arcas del partido».