«La piña está agria, papo. La piña está agria», comentó bajo condición de confidencialidad un conocidísimo legislador al cual simplemente identificaremos como alguien que no sirve pa’ mas na’ en la vida que para legislar, porque Dios sabe que siempre ha sido una batata política en el comité de partido de su municipio.
«Había un tiempo donde nos subíamos nosotros mismos el sueldo y pues, la gente gritaba y pataleteaba pero al final del día: pichón. Ahora, mano… con esa junta que viene por ahí… nah, yo creo que lo mejor es explorar opciones y ver qué otros países necesitan legisladores con amplia experiencia. ¿Que me tumbo par de pesitos por el la’o y quiero carro nuevo, chofer y dieta? Pues papi: ¡Lo bueno sale claro!», aseguró.
Este periódico les desea de verdad, y con el corazón en la mano, que se vayan a legislar pa’ otro lado.