«Fue tremendo hablar por 30 segundos con el vicepresidente de los Estados Unidos, máxime cuando probablemente nunca jamás me dejarán volverle a hablar», explicó la comisionada residente, que no dejaba de destacar que fue un «breve diálogo». «Le dije que me es harto conocido que él es una de las dos o tres personas que puede evitar que el mundo se convierta en el desierto de Mad Max tan temprano como dentro de una hora, pero que necesitábamos su ayuda para echar a correr nuestra agenda. Este me miró con su sonrisa plástica que gritaba ‘Are you shitting me?‘ y se retiró. Creo que hicimos eco en nuestros reclamos», aseguró.
Diríamos algo gracioso aquí al final, pero es que de verdad, todo es horrible y no hay esperanza pa’ nadie.