«No hay nada más guapo que un hombre que tenga una planta eléctrica», aseguró coqueta Maribel Sánchez, residente de Hato Rey, donde por las noches todavía está más oscuro que una boca ‘e lobo. «A mí me han gustado el hombre fuerte, guapo y criminalote: fuerte, para que pueda cargar los candungos de gasolina para la planta; guapo, pues, para que sea guapo; y criminalote, para que se pueda robar una planta de algún vecino de ser necesario. En resumidas cuentas, mi hombre ideal se parecería a Chayanne por al frente, también se parecería a Chayanne por detrás, y tendría planta eléctrica. Oye, pérate: ¿Chayanne tendrá planta? ¡Alguien averígüeme, plis, que en casa no tengo ni luz ni intelné’, pero sí tengo un calor de los mil demonios!».
«Ciertamente mi mujer ideal tiene un je ne sais quoi«, explicó Brenda Burgos. «Digo, je ne sais quoi es francés para ‘planta eléctrica’, ¿verdad? Bueno, el punto es que nos imagino a ambas leyendo algún libro juntas bajo una lámpara (eléctrica), cocinando juntas (en una estufa eléctrica), o simplemente prendiendo y apagando un suiche por la noches para que los vecinos se mueran de la envidia de que tenemos luz. Aunque hablando ya más en serio, yo no soy ni tan picky ni tan casquivana: mi pareja perfecta no tiene que tener planta eléctrica… ¡puede ser simplemente que ya le haya llegado la luz!».