La nueva ley, llamada «Statehood Initiative Project to Empower the Puertorican Electorate» (o «SIPEPE», por sus siglas en inglés), le instruye a la Comisión Estatal de Elecciones proveer otra papeleta más durante las elecciones locales, en la cual los boricuas podrán emitir su voto para presidente y vicepresidente de los Estados Unidos. Claro está, como sabe cualquier persona que estudió historia de Estados Unidos en la jai o que se instruyó un poco sobre el tema en Wikipedia, esos dos puestos no se eligen por voto directo, sino por el Colegio Electoral (en el cual no participa Puerto Rico, al no ser estado). En otras palabras: los resultados de dicha votación en la Isla tendría tanto efecto en la esfera federal como votar por el PIP tiene en la esfera estatal.
La ley parece ser consciente de que dicha votación es más simbólica que nada, y por ende instruye a la CEE que, «para economizar chavos en papel y tinta, la nueva papeleta podrá ser invisible, transparente y/o 100% imaginaria, lo que salga más barato». Los votantes podrán hacer su marca usando lápiz, marcador, o incluso pluma de tinta invisible, y podrán también indicar candidatos «write-in«, para que «La madre que te parió» tenga la oportunidad de recibir tantos votos para presidente de los Estados Unidos como suele recibir para gobernador de Puerto Rico.
Según Rosselló, «cuando el pueblo puertorriqueño raje esta papeleta inexistente a favor de cualquiera de los dos hombres blancos que estén postulándose para presidente de los EEUU, estaremos enviándole un mensaje contundente a la metrópoli: que los puertorriqueños existimos; que sabemos votar; y que estamos en la mejor disposición de hacer el ridículo con tal de mendigar un poquito de atención de Su Mecé'». El gobernador no indicó cómo espera tabular los resultados de la nueva papeleta, aunque adelantó que «no importa, porque de todos modos nuestra administración va a reportar los resultados como más nos convengan, al igual que hemos hecho con los plebiscitos».