«¡Mala nuestra!», se disculpó Enrique Jiménez, miembro del equipo editorial de El Nuevo Día, ante el embarazoso hallazgo. «Quizás debimos haber sido más cautelosos con nuestro titular para que no sonara tan escandaloso; pero en nuestra defensa, usar titulares sensacionalistas es lo que llevamos haciendo por años y la gente nos sigue comprando nuestro shopper lleno de noticias recalentadas, así que, ¿por qué detenernos ahora?». Jiménez admitió que «tal vez no debimos haber puesto una frase tan sugestiva como ‘objeto extraño’ en el titular, por que esta, sin duda, provocó que la gente se pusiera a especular y que compartiera nuestra noticia en Facebook para que sus amigos le pusieran comentarios de mal gusto. Esto es simplemente inaceptable para nosotros, ¡porque para que un chorro de charlatanes escriban cosas de mal gusto es que está la sección de comentarios de nuestra página web!».
Jiménez indicó que ahora que se había identificado el enigmático objeto como «periodismo sensacionalista», su equipo de redacción escribirá una nota aclaratoria en la versión impresa del periódico, escondida en la parte inferior de alguna página «para que solo la vean los tres gatos que compran nuestra versión impresa porque la usan para envolver pesca’o o para forrar una jaula de pájaros».