San Juan, Puerto Rico – En respuesta a las teorías de algunos expertos políticos de que, con sus 63 delegados, podría ser Puerto Rico quien decida el ganador de las primarias presidenciales del Partido Demócrata, los candidatos Hillary Clinton y Barack Obama se han dado a la tarea de lamberle el ojo preventivamente al pueblo puertorriqueño de forma nunca antes vista.
«Esta contienda está sumamente reñida», declaró John Kreasy, director de campaña de Obama, «y aunque las primarias en Puerto Rico se celebrarán en junio, no es impensable que todavía en esa época la Hillary y Obama estén empatados y sea nada más y nada menos que el importantísimo y nunca bien ponderado pueblo de Borikén quien decida al campeón (¡y noten cómo no dije ‘campeona’, jaja!). Como ya sabrán, Obama se personó en la Isla y habló con el Gobernador Aníbal Acevedo Vilá, y si bien sólo fue la ida por la vuelta y la reunión no duró más que 20 minutos, eso fue porque el candidato estaba empezado de gripe y no quería contagiar a nadie. Ah, y para que lo sepan, el mismísimo Gobernador anunció ya que él endosa la candidatura de Obama: ¡eso nada más debe ganarnos la confianza de todos los puertorriqueños!», exclamó Kreasy, demostrando así su paupérrimo conocimiento del ambiente político local.
Obama y Acevedo Vilá en su importantísima reunión de 20 minutos
Barack Obama, el primer candidato negro para Presidente de los Estados Unidos con posibilidad real de ganar la nominación, hizo un llamado directo a los puertorriqueños para que avalen su candidatura: «Mis queridos boricuas: sé que ustedes votarán por mí. Mírenme nada más: soy marroncito como ustedes, como si me la pasara en la Playa de Boquerón y comiendo empanadillas de chapín en Piñones. ¿Ven lo mucho que sé de su isla? Además, estimados borincanos, al igual que ustedes, los gringuitos blancos han discriminado contra mí, así que sé lo que se siente que te miren mal por tu color de piel o porque tu nombre les suena raro. Y no es por hablar de más, ¿pero a ustedes Hillary no les parece de esas blanquitas comemierdas que van de turistas a la Isla y exigen que les hablen en inglés porque no entienden español? Bien cabrón, ¿verdad?» Luego finalizó, haciendo un obvio llamado al estereotipado sentido machista latino: «Además, ¿qué hace una mujer a venir a mandar? ¡Ya vieron lo que les pasó cuando votaron por Sila! Como siempre digo yo: ¡las mujeres pa’ la casa!»
Afiche promocional de Barack «Hot Body» Obama surfeando en Aguadilla
No quedándose atrás, Hillary Clinton también se dirigió a los puertorriqueños, luciendo una vestimenta típicamente boricua: «Pueblo puertorriqueño: no le hagan caso al morenito con nombre de terrorista, que la candidata que puede resolverle todos sus problemas es esta misma que viste y calza. Empecemos con que tengo el más solemne respeto y la más profunda admiración por el progreso de su civilización, de cómo ahora todos usan mahones marca Pepe cuando hace apenas algunos años andaban en taparrabos y trepa’os por los palos: ¡se la comieron, mi gente! Además, yo soy fanática de J-Lo y de Ricky Martin, quienes, según mis asesores, son boricuas, y ustedes ya saben que ‘once you go Rican, you never go seekin’!‘. Y, por encima de todo esto, mi plan de gobierno es sencillamente el que es más afín con los valores puertorriqueños: ¡cerveza Medalla gratis para el pueblo todos los viernes! ¡Siestas obligadas a las 3 de la tarde! ¡Días laborables de las 10 AM hasta las 4 PM! ¡Cheques de mantengo para todas las familias! ¿Qué más pueden pedir?»
Hillary vestida de jibarita, al frente de un árbol navideño, preguntando: «¿Qué cosa puede ser más típicamente boricua que ésta? ¡Voten por yo!»
Por su parte, José «Pepín» Sánchez, oriundo de Caguas, cristalizó el sentir del puertorriqueño promedio al emitir su opinión al respecto: «¿Y a mí qué carajo me importa si gana la blanquita devoramachos o el negrito orejón, si no importa quién gane nosotros no podremos votar en las elecciones presidenciales? Además», añadió encogiéndose de hombros, «irrespectivo de quién gane, no cambiará el hecho de que a los americanos les importa tres carajos lo que pase en Puerto Rico… ¡digo, los pocos que sepan que existimos, para empezar!»