Todo comenzó con la entrevista de Rubén Sánchez a la Miss Universe Puerto Rico Viviana Ortiz, quien había sido víctima de abuso (primero a manos de su exnovio, y más recientemente, de Rubén Sánchez). El animador ignoró los ruegos de la joven de dejar ese tema en el pasado y concentrarse en sus logros para en vez recriminarle insistentemente que por qué se había dejado «coger galletas» sin jamás involucrar a las autoridades, hasta que la modelo comenzó a llorar. Este fue el momento en el cual Sánchez descubrió, para su sorpresa, que las lágrimas de sus invitados son una «adictiva ambrosía salada y deliciosa». Incluso luego que la Procuradora de la Mujer amonestara al entrevistador por su mal manejo de la situación con una víctima de violencia doméstica, Sánchez replicó arrogante: «Bah, ¿quién la manda? ¡Ella se lo buscó, por provocarme!».
Desde ese momento Sánchez se ha dedicado a comportarse como un troglodita con sus invitados con el fin de ponerlos a llorar como una Magdalena. Comenzó con la querida animadora de programas infantiles Sandra Zaiter, a quien le imputó no haber hecho más por las personas minusválidas: «Mire, señora Zaiter, yo no entiendo: usted dice que es una portavoz de la personas con impedimentos, pero yo nunca la he visto levantarse en favor de los inválidos ni participar en una caminata en contra de la distrofia muscular. ¿Qué, usted no cree verdaderamente en esa causa, es?». Cuando la exanimadora de Telecómicas amenazó entre lágrimas con dar por terminada la entrevista e irse, Sánchez se lo prohibió, ordenando a sus asistentes a remover la rampa de acceso al escenario y a poncharle las gomas a su silla de ruedas, vociferando: «¡Usted vino aquí a responder a preguntas difíciles, no a salir corriendo cuando la cosa se pusiera incómoda!».
Sánchez luego tuvo como invitado al actor estadounidense Michael J. Fox, a quien le reprochó: «¿Cuánto ha luchado usted verdaderamente a favor de las personas que padecen del mal de Parkinson’s? ¿En realidad cree que ha hecho lo suficiente? Porque si hubiera perseverado con ahínco, habría menos personas padeciendo de esa enfermedad, ¿no cree? Como que ha fallado miserablemente, ¿verdad?». Cuando al protagonista de «Back to the Future» y «Teen Wolf» comenzaron a aguársele los ojos y a quebrársele la voz, Sánchez lo fustigó: «No, no, no: ¡a mí no me venga con temblequeos ahora pa’ que la gente le coja pena, que usted no es Conny Varela!».
Fuentes dentro del programa «Rubén & Company» adelantan que el próximo invitado será José Feliciano y que la entrevista consistirá de Rubén Sánchez exigiéndole al cantautor que le diga cuántos dedos está mostrando y reprochándole que no pueda responder a sus interrogantes.