Chicago, Illinois – Centenares de mujeres solteronas en Chicago han levantado su voz de protesta para pedir que se les dé tiempo igual en sus lugares de trabajo, exigiendo que éstos celebren también un día de «Trae Tus Gatos Al Trabajo» allende al más popular «Trae Tus Hijos Al Trabajo», para que éstas también puedan lucir su putativa progenie felina.
«No es culpa nuestra que nuestros vientres yermos hayan sido incapaces de darnos hijos», declaró con un toque de amargura Bertha McAllister, una mujer de cincuentaiún años que, a pesar de no tener progenie, sí tiene una cantidad inconmensurable de gatos en su casa. «Si nuestros compañeros de trabajo pueden celebrar el júbilo de sus vástagos cada año el día de ‘Trae Tus Hijos Al Trabajo’, desplegando cruelmente la inmerecida fertilidad de sus entrañas, lo justo es que nosotras también podamos traer al trabajo y lucir ante nuestros compañeros a esos seres divinos a quienes amamos más que a la vida misma, y cuya compañía es lo único que nos aleja del suicidio: nuestros adorados gatos».
Bertha McAllister con su reguero de gatos, y evidentemente hasta un perro que sin duda debe estar al borde de un ataque nervioso
Matilda O’Malley, una secretaria cuarentona en una empresa financiera en Chicago, declaró: «Yo no tengo hijos… ¡y no es porque sea una solterona quedá’, sino por elección personal!», exclamó, curándose en salud. «Lo que sí tengo son tres hermosos gatos angora que son la luz de mi día y la oscuridad de mi noche. Total, que los gatos son mejores que los hijos, porque mis mininos no son unos ingratos que se irán eventualmente de la casa y se olvidarán de llamarme. El amor de un gato sí es verdadero», declaró, mientras acariciaba a uno de sus felinos y éste la arañaba viciosamente. «Además, si la odiosa esa de Cindy Adams de la oficina del lado puede traer a sus dos energúmenos malcria’os cada año el día de ‘Trae Tus Hijos Al Trabajo’, yo debería también poder traer a Frisky, Misifú, y el Señor Bigotes (¡y sólo rezar que éstos no arañen a los mocosos de Cindy!). ¿Qué tipo de discriminación es ésta? ¿De cuándo acá los hijos de las personas tienen que ser seres humanos?».
El Señor Bigotes, luciendo regio en su atuendo de «Hello Kitty» y demostrando la crueldad inherente de su dueña
El señor Gordon Beck, el jefe de O’Malley y de muchas otras «cat ladies» en su empresa, respondió que, aunque encuentra «tremendamente totón eso de tener que estar aguantando gatos engreídos y vestidos con lacitos y botitas en una oficina de trabajo», está considerando acceder al pedido de las solteronas. «Yo soy alérgico a los gatos, pero a decir verdad también soy alérgico a los niños, y aun así permitimos que la gente traiga a sus mocosos para que uno les haga gracias y finja que no tiene nada mejor que hacer que entablar una conversación forzada con un nene de tres años que no tiene el menor deseo de ir de oficina en oficina mientras su papá le presenta una ristra de gente fea. Es por eso que decidí que permitiré que estas mujeres gatúvelas traigan a sus dichosos animales a la oficina, no solamente para mantener la paz y que no me acusen de discriminación contra las personas incapaces de hallar amor, sino porque sus vidas están ya tan llenas de derrotas que no puedo rehusar darles esta pequeña victoria».
Felinos con botas como éste sin duda se verán a menudo el día de «Trae Tus Gatos Al Trabajo»
Otros jefes, por otro lado, no piensan ser tan caritativos. Un gerente de una compañía que permanecerá anónima, pero cuyas siglas riman con «IBM», declaró: «No se puede violentar la santidad del día de ‘Trae Tus Hijos Al Trabajo’. Para nosotros los ingenieros, ese día tiene una gran importancia, porque gracias a éste podemos comprobarle a nuestros compañeros de trabajo que es verdad que logramos encontrar a una persona del sexo opuesto que nos amara y nos dejara tener sexo con ella. Los gatos son un ‘to’s tenemos’ y no comprueban nada: ¿cuál es el punto de traer gatos al trabajo? ¿Qué prueba eso, aparte de que la dueña tiene una gran tolerancia a seres caprichosos y malagradecidos que igual te acarician hoy y te arañan mañana? ¡Para eso creó Dios a las mujeres!».