San Juan, Puerto Rico – Como muestra de que su administración siempre está abierta al diálogo, el gobernador Luis Fortuño reaccionó al desazón causado por el despido de cerca de diez mil empleados gubernamentales con lo que él catalogó como «una generosa contra-oferta». Dicha concesión del Gobernador ofrece «una reducción salarial de solamente 100% en vez de ordenar más despidos».
«El Pueblo habló, y yo obedezco», comenzó Fortuño, quien, al darse cuenta de que sonó medio rossellístico, se estremeció del horror y rápidamente se corrigió: «¡Que diga! Que cuando los puertorriqueños se expresan, mi gobierno siempre está dispuesto a dialogar y a traer soluciones concretas», aseguró, usando palabras que lo que quieren decir es que su Gobierno terminaría haciendo lo que le diera la gana, pero al menos haría el aguaje de darle importancia a las opiniones ajenas. «Sé que tras las miles de cesantías que se efectuaron el viernes pasado muchos ciudadanos han expresado su desapruebo a mi gesta, lanzando improperios contra mi persona, tales como ‘rompe-promesas’, ‘vende-patria’, y ‘Milhouse’. Yo he escuchado el sentir del Pueblo (¡principalmente porque había gente gritando a to’a boca afuera de La Fortaleza durante toda la noche!), y es por eso que mis asesores y yo hemos llegado a una contra-oferta que esperamos que sea del agrado de todos. Ni un solo puertorriqueño más tendrá que perder su empleo, siempre y cuando se atenga a nuestro plan de ‘Jornada Obrera Disminuida Evitando Talar Empleos’ (o ‘JÓDETE’). El que se adscriba a JÓDETE no quedará cesante, y solamente tendrá que acceder a disminuir su salario en un más que razonable 100%. ¡Es una concesión laboral sin precedentes!», exclamó, de nuevo estremeciéndose al darse cuenta que estaba sonando como otro querido ex gobernador.
El gobernador Luis Fortuño, orgullosamente hablando de su propuesta de «JÓDETE»
Fortuño loó el plan JÓDETE, asegurando que es «el acuerdo más generoso que hay hecho mi administración en todos los seis meses que llevamos en el poder». El Gobernador dijo que «gracias a JÓDETE, todo aquel empleado público que estuviera acostumbrado a entrar a las diez y salir a las cuatro, no hacer ningún esfuerzo laboral durante el día, y que nunca pensó que lo fueran a botar, puede seguir con su sueño quimérico. El punto es que todavía podrán seguir pasándose el día entero viendo la novela o jugando dominó durante el almuerzo, como hacían cotidianamente. No tendrán que pasar esfuerzo trabajando, y el Gobierno no tendrá que desvencijar el erario pagándoles: ¡así todos ganamos! Es más, les daremos un aumento salarial de mil dólares al mes (el cual obviamente quedará igualmente sujeto a la razonable disminución del 100% que compone la parte esencial de JÓDETE)… ¡y también podemos hacerles depósito directo del salario ajustado!». El Primer Mandatario expresó su esperanza de que este plan sea bien visto por el Pueblo: «Ya no tienen que armarme el revolú de la Asamblea Nacional del Pueblo esa, asumo: ese invento era para poder entablar un diálogo conmigo, y ahora que les regalé a JÓDETE, está to’ habla’o, ¿no verdad?».
El estacionamiento de empleados del Departamento de Transportación y Obras Públicas a las nueve y media de la mañana
Lucinda «Lucy» Jiménez, quien se auto-describe como «una orgullosa batata política fortuñista» y trabaja en el Departamento de Hacienda, anunció que se acogería gustosamente a JÓDETE: «¡Ese plan suena perfecto! El mismo Gobe (¡tan bello él!) prometió que yo podría seguir llegando a las diez, yéndome a las cuatro, y no haciendo tres carajos durante el día… ¡y si él lo prometió, ha de ser cierto, porque mi Fortu siempre cumple lo que promete! ¡Ya sabía yo que esto de que él iba a ponerse a botar a tutilimundi eran calumnias viciosas de los populetes!». Respondiendo a preguntas de cómo piensa subsistir económicamente si su salario quedará reducido en un 100%, ésta respondió: «Bah, yo de números y detallitos así no me preocupo: ¡lo importante es tener trabajo en estos tiempos tan difíciles!».
Lucy Jiménez, reposando para estar alerta a la hora de salir