San Juan, Puerto Rico – Comentando sobre la aprobación en el Senado de una ley que prohibiría la venta de bebidas alcohólicas luego de las doce de la medianoche, representantes de la Congregación Anónima de Criminales OnestoS [sic] (mejor conocida como «CACOS») se quejaron de ésta, arguyendo que ahora se les haría posible cometer crímenes porque estarían, en sus palabras, «demasiado sobrios». Enrique «Kike Sangre» Mendoza, portavoz de los CACOS, preguntó retóricamente: «¿Cómo se supone que yo asalte a alguien, o que explote a algún mamabicho ganguero enemigo después de la medianoche, si no llevo media botella de Ron Don Q encima? O sea, ¿se supone que cometa crímenes estando perfectamente sobrio, o que los cometa antes de la medianoche? ¡Habrase visto!». El criminal también lamentó que, al imposibilitársele ahora su vida delictiva, tenga que ponerse a buscar empleo en este difícil mercado laboral: «Mano, ¡qué bad trip! Es más, lo que tengo ganas es de darme dos o tres palos, ¡así que déjame avanzar antes de que Don Tito tenga que cerrar la barra a las doce!». Por su parte, ante imputaciones de que el Senado «cogió pon» con la masacre en Toa Baja para pasar esta ley, Thomas Rivera Schatz, presidente del Senado, se defendió diciendo: «A todo aquél que piense que seríamos tan mezquinos como para usar de excusa un crimen tan horrible como éste para pasar este proyecto de ley que nada hubiera hecho para prevenir la matanza, simplemente les diré… ¡menos mal que alguien está prestando atención!».
«¡Yo no puedo matar a nadie sobrio!», aseguró «Kike Sangre», sin convencer a nadie