El legendario cantante, actor y alienígena andrógino David Bowie murió el pasado 11 de enero, para la sorpresa y zozobra de millones de fanáticos, y, más recientemente, de los miles de abonados del lentísimo servicio Internet Fijo de Claro quienes se enteraron ayer cuando sus páginas de Facebook finalmente terminaron de cargar. «¡Dios mío, cómo va a ser posible que se nos haya ido Ziggy Stardust!», se quejó Martina Betancourt, residente de Trujillo Alto cuyo servicio de Internet se supone que sea de 10 Mbps pero que apenas recibe 1 Mbps, y va en coche. «Se supone que durante los últimos cuatro meses haya estado lamentando la muerte de mi intérprete favorito, y mira a ver cuándo fue que me vine a enterar de su fallecimiento… así que, ¿gracias, Claro, por ser tan foquin lento y postergarme este mal rato…?».
Noticias tardías de la muerte de celebridades en quienes no habíamos pensado en años no es el único mal que aqueja a los clientes de Claro. Por ejemplo, Efraín Bolaños, internauta hermitaño cuyo único contacto con el mundo exterior son las redes sociales, se lamentó: «Esta dichosa vaina es tan lenta que a veces me entero de que mi equipo favorito de futbol americano perdió un partido meses después que la mitad de sus integrantes ya están en la cárcel por abuso doméstico. ¡Y ni te cuento de lo difícil que es ver porno con esta lentitud! Las imágenes bajan tan poquito a poco que no sabes los milagros que he tenido que hacer con solo ver un poquito de cabellera rubia o un atisbo de hombre –¡DE HOMBRO! ¡QUISE DECIR DE HOMBRO!», se corrigió azoradamente el onanista aficionado. Al preguntarle por qué simplemente no se ha dado de baja de su contrato, este replicó: «Lo haría, pero no puedo hacer eso en línea: tendría que personarme en las oficinas de Claro y llenar un reguero de papelería que seguramente tendría que firmar en sangre… ¡y pa’ enfrentarme con esa olla de grillos que es la calle boricua, pa’ eso me quedo con mi servicio de Internet mierdoso!».
La tristeza por el fallecimiento de Bowie se convirtió en coraje cuando los clientes de Claro pudieron constatar exactamente cuán paupérrimo es el servicio que han estado recibiendo. «Permiso, ¿¡tú me quieres decir a mí que estoy cuatro meses atrasado en las noticias faranduleras!?», cuestionó iracundo Yadiel Fernández al enterarse de que no está en na’. «¿Qué más ha sucedido recientemente de lo cual yo no me he enterado porque los bytes que la red de Claro empezó a enviarme en enero todavía están por ahí de camino, seguramente siendo transportados por un burrito cojo o algo así? ¿Quién más se habrá muerto? ¿Keith Richards de los Rolling Stones? No: ese tipo lleva embalsamándose en licor por décadas y nunca morirá. ¿Paul McCartney? Para nada: es harto sabido que él murió hace rato y un clon inmortal lo remplazó en el ’66. ¿Prince? ¡Jamás! Chacho, ¡ahí sí te digo yo que se va a armar la gorda si me entero que se murió Prince!», exclamó, mientras evitábamos mirarlo directamente a los ojos.