«¡Hemos pasado el proyecto PROMESA! ¡Qué gran logro! ¡Qué buenos somos! ¡De nada, Puerto Rico!», expresó el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sin ninguna ironía y de verdad de verdad. «Entiendo que muchos puertorriqueños consideran esta medida una afrenta contra la democracia. Pero, de verdad: ¿ustedes creían que se le podía sacar alguna otra cosa a un congreso republicano? Por acá, una Junta de Control Fiscal no es nada nuevo: lo hicimos con Washington D.C. y más o menos bregó. Énigüei, el punto es que para nosotros, esta idea de la junta no es nada nuevo, y entendemos, sin lugar a duda, que es lo mejor del mundo. Así que: ¡felicidades, Puerto Rico, de corazón!», aseguró con toda sinceridad el presidente.
«El proyecto PROMESA prueba que cuando el pueblo americano se une, puede lograr cosas grandes», aseguró Johanna Stevenson, demócrata de ultranza en el norte de Virginia y fiel oyente de National Public Radio (NPR), emisora que no para de referirse al PROMESA como el «Puerto Rico Rescue Bill«. «¡Los rescatamos! ¡A la verdad que somos la changa! ¡Cómo quisiera estar bailando con los nativos en las calles de Viejo San Juan! Digo, me imagino que están bailando, porque todos los medios se refieren a PROMESA como un ‘relief bill‘ o un ‘rescue bill«. Eso fue lo que hicimos: ¿verdad?», preguntó ingenuamente.
Se reportó que, por otra parte, en Puerto Rico medio mundo está endemoniado con PROMESA y la gente, en vez de darse cuenta de que para exigir justicia tienen que botar la mierda de Estado Libre Asociado a la basura, están convencidos de que los americanos se darán cuenta en algún momento de la gran injusticia cometida contra la colonia que ni siquiera saben que existe.