Trump explicó: «Cuando mis manejador– perdón, mis asistentes, me vinieron con esto de que hay gente en Puerto Rico ofendida por mi comentario sobre ‘países de mierda’, rápidamente contesté: ‘¿Qué es Puerto Rico, de nuevo?’. Me aclararon que se trata del lugar donde mi campo de golf quebró, a lo que respondí: ‘Ajá, ¿pero cuál?’. Añadieron que era esa isla caribeña que la jendió el huracán María aunque a mí me vale madre, a lo que respondí: ‘Ajá, ¿pero cuál?’. Finalmente me recordaron que era la dependencia estadounidense llenas de marroncitos quienes me fastidiaron el presupuesto, y ahí fue que exclamé: ‘¡Ah! ¡La del nene gobernador!’. Enigüei, el punto es que les aseguro que cuando despotriqué en contra de ‘países de mierda’, ni por la mente me pasó Puerto Rico. Jelou, ¡ustedes ni siquiera son un país, a menos que me fallen mis estudios! (Y eso es posible, porque lo único que podría hacerme más bruto a mí sería que me pique una Maripily radiactiva)».
Sin embargo, Trump aclaró que, aunque no estaba pensando en Puerto Rico cuando hizo esa aseveración, no es menos cierto que preferiría que la inmigración de la Isla al méinland se detuviese: «¿En serio tienen que venir to’s pa’cá como ratas escapando de un barco que se hunde? Digo, ustedes para mí son unas ratas, y Puerto Rico indudablemente se está hundiendo (económicamente, ¡y quién sabe si hasta también literalmente, con esto del calentamiento global!), pero eso no quiere decir que tengan que reptar hacia nuestros estados y traer para acá su zika, su tendencia a vivir del mantengo y su idiomita tercermundista. ¿No hay otra islita caribeña adonde puedan huir ustedes, para que no se nos oscurezca este ‘melting pot‘ que tenemos nosotros aquí, compuesto exclusivamente de europeos blancos y adinerados?».