«A nadie debería extrañarle que el Chupacabras, al igual que miles de otros boricuas, haya cogido todos sus bártulos y haya arrancado para Florida», explicó Ion Paulik, del Instituto Checo de Investigaciones Baladís (y criptozoólogo aficionado). «Mi equipo y yo rastreamos detenidamente la famosa bestia exsangüinadora de ganado: seguimos la pista de su más reciente víctima para discernir pistas sobre su paradero; rebuscamos entre los matorrales hasta hallar su antigua guarida; y escudriñamos sus pertenencias hasta que nos topamos con un recibo de un vuelo de Jet Blue al aeropuerto de Orlando. Después de eso fue solo cuestión de buscar ‘Chupacabras’ en las páginas amarillas de dicha ciudad y dimos con él más rápido que ligero. Aunque hablando claro, no sé qué ganado podrá chupar en Orlando, porque aquí no hay… ¡digo, aparte de esos cabros grandotes que se la pasan haciendo cortes de pastelillo en la I-95!», exclamó con una guiñada zalamera.
La nueva residencia del Chupacabras es un condo de dos cuartos y dos baños y medio en el área de Kissimmee Bay. «Ya, me encontraron: ¿felices?», preguntó el ahora retirado succionador cabral desde su sala / comedor. «Las cosas después de María se pusieron aún más pelú’as en la Isla, y no solo apenas quedaba ganado para desangrar, sino que me quedé sin luz y sin agua por par de meses. ¿Y cómo se supone que vea la próxima temporada de Jessica Jones en Netflix sin electricidad e Intelné’? Yo seré una criatura mítica, pero algo tengo que hacer para distraerme: ¡no puedo simplemente pasarme todos los días metí’o en Disney World, por más que quisiera!».
Se supo también que el Chupacabra está alquilándole su cuarto extra al Vampiro de Moca, quien también se mudó para Orlando recientemente (aunque este aclaró que ahora simplemente se hace llamar «Ramiro», su nombre de pila, «porque eso de llamarme ‘el Vampiro de Kissimmee’ como que suena medio totón»).