La Junta de Control Fiscal (nombre de luchador: «La Fiscalizadora»), no accedió a muchos puntos de la propuesta laboral sometida por el gobernador quien, a su vez, rehusó implementar varios de los mandatos de esta. Rosselló (nombre de luchador: «El Mesías II») subrayó que no permitirá que la Junta se arrogue poderes que no tiene, «así tenga que brincar desde la tercera cuerda y romperle una silla de funeraria por la espalda». En respuesta, la Fiscalizadora prometió que con ella no se mete nadie, y que «El Mesías II no va a poder ponerse tan guapito cuando lo sometamos con una figura cuatro, le hagamos una picada de ojos y le llenemos la cara ‘e de’os». Acto seguido, su contrincante amenazó que «¡cuando yo acabe con la Fiscalizadora, no la va a reconocer ni el cuerpo legislativo que la engendró y nos la enjocicó a la trágala!».
A pesar del toma y dame entre ambos rivales en la palestra pública, se rumora que su riña es «buch’y pluma no más», y que tras bastidores estos son íntimos amigos. Fuentes chotorras que trabajan en el auditorio Juan «Pachín» Vicens, donde tendrá lugar el combate, han confirmado que durante el periodo de ensayos, los presuntos enemigos acérrimos se la pasan «jangueando y tripeando juntos en los camerinos», y que Rosselló llegó hasta a confesarle a la Junta: «Gracias a ustedes durante todo mi cuatrienio no tendré que dar un tajo ni en defensa propia –¡ni podré!–, y tendré la excusa perfecta para todo lo que salga mal. Ahora, practiquemos esta lucha de embuste, ¡porque la dormilona más grande es la que le estamos haciendo al pueblo de Puerto Rico!».