«Ya nos decía Confucio hace milenios atrás: ¿si no conocemos la vida, cómo podemos conocer la muerte?», afirmó un solemne Rosselló, dando una mirada pensativa a los cielos. «Es la cúspide de la arrogancia que Harvard pretenda decirnos cuántos murieron por el paso de María siendo la misma muerte uno de los grandes misterios no resueltos de la filosofía. Ilustro mi punto con una cita del poeta libanés, Khalil Gibran, quien nos dice: ‘Porque la vida y la muerte son una, tal como el río y el mar son uno’. Si eso es así: ¿en verdad existe la muerte separada de la vida? ¡Qué pretencioso de Harvard creer tener un número cuando no tenemos ni siquiera una contestación a esa pregunta!», reclamó.
Le preguntamos al gobernador que si la cosa es así, de dónde salió la cifra oficial de 65 muertos. «Bueno, dada la inefabilidad de la muerte, pues escogimos un número bajito y lindo pa’ no lucir como la zafra de incompetentes que somos».