«Ok, ok… metimos las patas. Sorry!«, se disculpó el superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha. «El señor Presidente del Senado nos informó que quería que en el Capitolio se respirara y sintiera la misma paz y decencia que se siente todos los días en el pleno del Senado que él preside. Como lo que se respira ahí es olor a azufre y lo más cercano a decencia es tener dos senadores gritándose ‘pato’ casi yéndose a los puños, pues lo cogimos muy literal. Mala nuestra», aseguró.
Le preguntamos a Figueroa Sancha que qué acciones tomarían para que la División de Operaciones Tácticas se comportara con verdadera paz y decencia la próxima vez que se requiriera su presencia, a lo que contestó: «¿Tú eres ciego? ¿Tú has visto esos muchachos? Esas bestias no sabrían lo que es paz y decencia aunque se les apareciera de frente. Cuando los traigo, es porque la paz se acabó, así que si los ves… corre como puta», sugirió encarecidamente.