El propósito del nuevo arbitrio –de 14 centavos por cada litro de bebida azucarada y carbonatada– sería atajar el problema de la obesidad infantil en Puerto Rico. «Todos sabemos que nuestros hijos se están poniendo cada día más y más chunky«, se expresó la ex primera dama Luisa «Piti» Gándara, autora de la medida. «Y la solución a este problema no es educar a los estudiantes sobre nutrición, sacar la comida y bebida chatarra de nuestras escuelas, o que los padres impidan que sus hijos se la pasen todo el santo día jugando Candy Crush y mierdeando en Féisbuc. ¡Claramente esta epidemia de obesidad solo puede frenarse estableciendo un impuesto que impacte desproporcionadamente a la gente de escasos recursos! Cuando yo termine de imponer todos los arbitrios que tengo programados, será tan caro comerse un límber que nuestros niños no tendrán más remedio que optar por una sensible ensalada de lechuga y tomate con un ligero aderezo de zanahoria y jengibre!».
El llamado «refrescazo» (el cual, a pesar de su nombre, no es una campaña promocional veraniega de Coca-Cola) ha sido criticado por varias organizaciones sindicales, entre estas la Unión Solidaria de Trabajadores y Trabajadoras de Coca-Cola, el Movimiento Solidario Sindical, y la Federación Americana de Chubby-Chasers (capítulo del Caribe). Adelantándose a los posibles arbitrios venideros, la Asociación de Doñitas que Hacen Límbers, el Gremio de Piragüeros Sanjuaneros y la Unión de Fabricantes de Insulina también unieron su voz de protesta, tildando de «antipatriótico» y «pitiyanqui» el prohibir «que el puertorriqueño lechonee como le dé gusto y gana hasta quedar pimpo como sapo de letrina, y caer, de así desearlo, en una letal aunque prevenible coma diabética».
La medida también ha suscitado críticas por ser considerada un favor político al empresario José González Freyre, quien fue encontrado culpable de hacer donaciones políticas ilegales a la campaña del marido de Gándara, el exgobernador Aníbal Acevedo Vilá. Tomando una postura de altura y respondiendo seriamente a las imputaciones, la representante replicó que esos ataques se daban «porque yo soy mujer». «¡No puedo creer que un líder obrero que representa un sindicato cuyos intereses se ven amenazados por mi propuesta haya hecho insinuaciones para desacreditarla!», exclamó Gándara ofendida. «Ese hecho –¡inaudito y jamás antes visto en la política puertorriqueña!– única y exclusivamente puede responder al hecho de que mi genoma carece de cromosoma Y. ¡Ah, y avísenme si todavía no he logrado desviar suficientemente la atención con este argumento fatulo mío, que tengo dos o tres más por ahí que me copié de Evelyn Vázquez!», exclamó la representante.
Al preguntarle a Gándara si no teme que su legislación cause molestia entre el electorado y que en las próximas elecciones su contrincante le gane el escaño, la representante replicó: «¡Que se atreva, que si me come los dulces en las urnas, a esos mismos dulces les voy a cobrar impuestos también!».