«Pues mano, aquí vamos pa’ más de cien días sin luz, y pues, es medio jodón, pero ya estoy acostumbrado. Por lo menos, la gente de la calle del lado ya tiene luz hace dos semanas. Qué alegría por ellos, me alegro un montón», expresó de mala gana Mario Quiñones, residente de la calle sin electricidad. «Si ellos tienen luz, es buena señal, pues quiere decir que ya mismo nos toca a nosotros, aunque no haya visto a una sola brigada de la autoridad desde que le llegó la luz a ellos. Supongo que tiene que ver con el poste dobla’o con los cables caídos que está entre la calle de ellos y la nuestra… que arreglarán ya mismo. Ya mismito… Sí, señor… Pero nada, qué bien que nuestros vecinos ya están en las papas mientras nosotros nos seguimos jodiendo, puñeta», refunfuñó, mientras se escuchaba el sonido de aires acondicionados saliendo de la calle aledaña.
Se informó que la gente que sí tienen servicio eléctrico se levanta todos los días agradeciendo que ellos no son los pobres diablos viviendo en la calle a oscuras.