«A ver si entiendo: ¿un país que invadimos y cuya cultura tratamos de aniquilar ha declarado un día de fiesta para nuestra ciudadanía? ¿Por qué nosotros no tenemos un día de la ciudadanía también?», se preguntaba John Wilson, granjero de maíz en Indiana. «Supongo que ellos valoran más algo que nosotros damos por dado… ¡Pero, puñeta! ¡Nuestro presidente les estaba tirando papeles toalla el año pasado como si fuera un circo! ¡Y los tenemos abandonados desde ese huracán! ¡Deberían estar en las calles prendiéndole fuego a la bandera! ¿Así son todos los colonizados?», ponderó.
«¿Y de dónde van a sacar el dinero para pagar ese día feriado no productivo? ¿De otro préstamos para hacernos más ricos? Mira, mejor ni pienso en eso porque si no, me da un derrame cerebral», sentenció Wilson.