«¿O sea que la luz va a venir y a irse sin aviso, a cualquier hora del día y por una duración indeterminada?», preguntó Víctor La Fuente, quien ha vivido en la Isla todos sus 65 años. «Así estaban las cosas antes de María, ¿no? ¡Evohé! ¡Eso quiere decir que finalmente todo está volviendo a la normalidad!». Igualmente opinó su esposa, Cuca: «Eso de dar un servicio pobre y poco confiable (¡a pesar de que cuesta un ojo de la cara!) es el status quo de cualquier dependencia gubernamental en Puerto Rico. Avisarnos sobre eso, como si fuera tremenda noticia, sería como si un director de agencia adelantara que va a crear un puesto a la trágala para acomodar a uno de sus panitas (aunque se descuadre el presupuesto). No duh! ¿Qué es lo próximo? ¿Que la actual alcaldesa de San Juan revele que estará postulándose para la gobernación próximamente? ¡No hay que ser Rukmini o Walter Mercado para saber estas cosas, mi gente!».
En el mismo espíritu de transparencia y de aclarar cosas que ya todo el mundo sabe, el gobernador Ricky Rosselló indicó que seguirá haciendo lo posible por no dar la apariencia de que está poco capacitado para resolver los problemas de la Isla, mientras la mayoría de los boricuas reaccionan con un ensordecedor: «¡No jodas!».