Para proveer mayor transparencia en el proceso, la ley dispone que «el panita de alguien trepa’o en el gobierno –quien sin duda se llevará el contrato– deberá llevar puesta una medallita que rece ‘(Eventual) Winner‘ para que los demás participantes sepan cuál es la que». Las ofertas hechas por otras compañías serán aceptadas, pero inmediatamente serán metidas en un triturador de papeles «para que no haya duda que todo el proceso es una farsa y que ya todo el mundo sabe a priori quién se llevará el guiso».
Adicionalmente, según la nueva ley las vistas de subasta han de transmitirse en vivo por el Internet (tú sabes, para las horda de personas que no tienen nada mejor que hacer que chuparse una subasta gubernamental en vivo y a todo color). La legislación, por supuesto, no indica cuál ha de ser la calidad de dicha transmisión, así que esperen que sea grabada con la webcam de la computadora del año de las guácaras de tu abuela, y que sea transmitida a velocidades de dial-up a las 3 de la mañana.