Yauco, Puerto Rico – Al escuchar los resultados de un informe que revela que los meseros en el municipio de Yauco tienen el trabajo peor remunerado en todo el territorio estadounidense, Mamá Inés, la esclava mascota del Café Yaucono, exclamó enturuná’: «¡Miengue es!».
Mamá Inés, quien desde tiempo inmemorial ha sido la esclava símbolo del Café Yaucono, expresó dudas sobre la veracidad de los resultados del informe publicado por el gobierno estadounidense: «¿Cómo puede ser que esos meseros en el pueblo ganen menos que yo, que llevo sirviendo café con este mameluco y este pañuelito en las greñas por varias décadas sin que me paguen ni un chavo prieto?», increpó Mamá Inés. «Todos los santos días me tengo que levantar a las cinco de la mañana a ponerme a colar Café Yaucono (¡Por el gustito yo lo sé! ¡Yaucono es el mejor café!®), luego me doy mis cuatro tacitas mañaneras, y luego estos abusadores me ponen a bailar y a hacer ridiculeces para los anuncios. He incluso intentado bajar de peso, porque tengo la azúcar y los triglicéridos por el techo, pero Su Mecé me lo impidió porque no quieren que yo arruine mi ‘figura rubenesca’… ¡y encima de eso no me pagan nada!», recriminó Mamá Inés indignada, con un notable temblequeo en las manos, seguramente causado por falta de cafeína.
Mamá Inés, retrasando los avances raciales de las últimas décadas con su atuendo
El Café Yaucono, el patrono y presunto carcelario de Mamá Inés, niega las imputaciones de que ellos sean unos «negreros» que maltraten o abusen de su personaje símbolo. «Lo que pasa es que esa doña está adicta al café y no quiere irse de nuestra fábrica», explicó Luis Soler, CEO de Yaucono. «La hemos removido físicamente de nuestros predios ya muchísimas veces, pero ella siempre logra cómo colarse de nuevo. Y si no le pagamos es porque (aparte de que ella está aquí de presentá’) sabemos que sólo usaría el dinero para inyectarse cafeína directamente en las venas. ¡Nosotros no estamos aquí para estar alimentándole ni adicciones ni vicios a nadie!», exclamó Soler en un derroche de ironía.
Este video retro evidencia que el Café Yaucono lleva utilizando en sus comerciales personajes ofensivamente racistas desde cuando a Tommy Muñiz todavía le quedaban tres hilachos de pelo
Meseros en el municipio de Yauco expresaron sentirse «extrañamente aliviados» de que en efecto hubiera alguien en su pueblo que ganase menos que sus $13,610 de salario anual. «Me da pena por Mamá Inés, a decir verdad», admitió Yolanda Benítez, quien lleva años tomando órdenes y cargando platos en el Friquitín de Don Pablo. «Yo pensé que a nosotros nos explotaban, y pa’ colmo nos pagaban una miseria, pero a ella sí que la están cogiendo de mangó bajito. ¡Coño, a Aunt Jemima aunque sea le dejaron quitarse de la cabeza el pañuelo de esclava después de algunas décadas!», exclamó Yolanda, mientras Don Pablo le entregaba su cheque quincenal y ella se preguntaba si este mes pagaba la luz o el agua.
Aunt Jemima, después del make-over