Christopher Allen, relacionista público para la división de «Aparatos Caseros que para Nada Son Espías que Nuestros Clientes Nos Pagan por Poner en sus Casas» de Amazon, explicó: «Después de todos esos ‘problemitas’ que ha tenido nuestra marca con evidencia de que el Echo grabó conversaciones enteras de nuestros clientes en su hogar y se la envió a otra persona, hemos tomado la decisión de buscar cómo hacer de nuestro producto uno más útil y menos foquin cripi. Es por eso que pronto sacaremos al mercado el Amazon Echo Family Edition, en el cual la sufrida asistente personal Alexa será capaz de manejar las inagotables y súper annoying preguntas de los niños. ¡Dejen que nosotros les criemos a los nenes, y ustedes relájense, descansen, y gasten más dinero comprando en Amazon!».
Los usuarios de prueba aparentemente han amado la tranquilidad y paz mental que el nuevo producto ha traído en sus vidas. «¡Esto es un palo!», aseguró Miguel Durán, padre de gemelos de tres años de edad. «El nene nuestro acaba de descubrir la pregunta ‘¿Y por qué?’ y la hace sin cesar. Antes simplemente le decía: ‘¡Ve y pregúntale a tu Papi y déjame quieto a mí!’, pero ya mi marido se hartó también, así que ahora simplemente le endosamos el nene a Alexa y San Seacabó. ¡Paz!». El aparato también es capaz de responder a otras preguntas de las cuales los padres suelen querer zapatearse, tales como: ‘¿Qué es el sexo?’, ‘¿Por qué mamá se fue a vivir con su entrenador?’, y ‘Si Dios es bueno y puede hacerlo todo, ¿por qué hay niños que se mueren de cáncer?’.
«El único desperfecto que le hallamos al nuevo Echo», explicó Durán, «fue que luego de que el nene lo atosigara de preguntas por ocho horas ininterrumpidas, oímos a Alexa decir: ‘Fuck this shit!‘ y la máquina cogió fuego. ¡Pero nada, lo único que hicimos fue ordenar otro por Amazon Prime con entrega al día siguiente y pa’fuera!».